
Éste relato comienza tras los aplausos finales a Cosmonautas, en un ambiente extrañamente distendido, relajado. Digo extrañamente pensando en la ansiedad y las ganas de escuchar lo nuevo de la banda de los Cardales, que personalmente creo que llevó a la banda a otro lugar. Temas con un sonido mucho más consolidado (tanto técnica como artísticamente), un estilo más Rabiosa, temas que hacen que la voz se luzca en su registro natural, y una complejidad oculta en lo liviano de las canciones.
Pero no estamos acá para hablar del disco. Estamos para hablar del show. Un show preparado como se pudo, llegando a Niceto tras una ruta de contratiempos, organizativos, y personales, que la banda no pudo evitar.
Pero llegaron.
Quizás ese sea el origen de la tranquilidad que reinaba en la sala. Los chicos pelearon y llegaron. Y a fin de cuentas estábamos viendo el show que ellos querían dar y nosotros ver.
Así fue como los chicos se acercaron al escenario, subieron y empezaron a mover nuestros cuerpos cual marionetas. Mechando temas nuevos con cosas del disco anterior (-manto de color-, y olvidaba mencionar que éste disco es homónimo -Rabiosa-).
Personalmente no quedé del todo conforme con las luces y el sonido, pero lo que fue responsabilidad de la banda, no falló: Como escenografía usaron el elemento principal de la portada del álbum (un letrero luminoso con el nombre de la banda/disco), y una interpretación muy prolija y bien ensayada, aunque por momentos uno dudaba de los retornos. A fin de cuentas un show que se disfrutó, con un público amigo de sí mismo y de la banda, fue como una cena ideal con la familia.
Al salir del show sólo pensé que tendría ganas de volver a verlos (a pesar de tener un gran show, sé que pueden sonar aún mejor), y que cuando salga el disco físico, lo quiero para mí.
Texto y fotos por Lucas Porrazzo.
Foto destacada por Candela Giraudo.